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El día en que Roman Polanski sospechó que Bruce Lee era el asesino de Sharon Tate

 

En 1969, tras enterarse del brutal asesinato de su esposa y de otras cuatro personas en su hogar de Beverly Hills a manos de la secta liderada por Charles Manson, el cineasta Roman Polanski se obsesionó con cada detalle del crimen. ¡Te invitamos a descubrir cómo fue que Polanski llegó a sospechar que Bruce Lee podría ser el asesino de Sharon Tate!

Roman Polanski y su obsesión por descubrir la asesino

Al momento de la muerte de Sharon Tate, el cineasta de origen francés Roman Polanski se encontraba en Londres. La pareja contrajo matrimonio tan solo un año antes, en 1968.

Sharon Tate y cuatro personas más fueron asesinadas el 9 de agosto de 1969 en el número 10050 de Cielo Drive, Beverly Hills, Los Ángeles, y como era de esperarse, tras varios meses luego del asesinato y sin aún obtener pistas ni sospechosos de quién podría ser el asesino, Polanski comenzó a desarrollar una obsesión descontrolada que lo condujo, inevitablemente, a la paranoia.
Los anteojos de la escena del crimen

Para entonces, Polanski conocía todos y cada uno de los detalles proporcionados por la policía, con respecto a la escena del crimen. No obstante, luego de enterarse de la existencia de un par de anteojos encontrados en su casa, el día después de los asesinatos, Polanski compró un medidor marca Vigor, que le permitiese conocer la fórmula de aquellas gafas.
Lee y Polanski se conocieron por medio de Sharon Tate, quien los presentó durante el rodaje de The Wrecking Crew, cuando el maestro de artes marciales se encontraba proporcionando asesorías para ciertas escenas que requerían movimientos de karate coreografiados.

Por ello, incluso tras la muerte de su esposa, Polanski procuró continuar con sus clases de defensa personal y kung-fu, brindada nada más y nada menos que por Bruce Lee.

Fue un simple comentario durante una de las numerosas sesiones, lo que condujo al cineasta a concebir una idea que rozaba los límites de la paranoia. Lee le comentó a Polanski que había perdido sus anteojos hacía poco, y que necesitaba reemplazarlos.

«Bruce fue la única persona a la que Polanski conoció personalmente que tenía las habilidades físicas para hacer daño de una vez a un grupo de personas», expresó Matthew Polly, biógrafo de Bruce Lee.

Inmediatamente, Polanski relacionó su pérdida con las gafas encontradas en la escena del crimen de su esposa.

Bruce Lee, corto de vista

«Después de la clase, ¿por qué no te llevo a mi óptico y te compro unas nuevas como regalo?», le preguntó el cineasta a Bruce Lee.

La verdad es que la intención no era otra sino comparar la fórmula de visión de Lee con la de los anteojos encontrados un tiempo atrás.

La prescripción, efectivamente, no coincidía. Lee era inocente.

Luego de percatarse de su insostenible sospecha, Polanski se reservó su secreto y no comentó nada al respecto, hasta su biografía de 1984, Roman by Polanski.

Bruce Lee falleció en 1973, por lo tanto, nunca se enteró de que Roman Polanski mantuvo sospechas hacia su persona.

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