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DÍA DE MUERTOS EN OAXACA

El Día de Muertos en Oaxaca está lleno de contrastes porque se vive un ambiente de fiesta, pero también de mucho respeto y solemnidad en panteones y plazas públicas. Es uno de los estados más representativos para la celebración del 1 y 2 de noviembre gracias a sus tradiciones y costumbres que datan desde la época prehispánica.

Raíces prehispánicas
Gracias a sus raíces prehispánicas el Día de Muertos en Oaxaca es una fiesta de gran importancia. El ex cronista de la ciudad Rubén Vasconcelos (q.e.p.d) señalaba que en Monte Albán la muerte para los zapotecas era parte de su cotidianidad, ya que tenían dentro de sus casas los sepulcros familiares porque consideraban que aún sin vida eran parte importante de su familia. Al llegar los españoles –y con la evangelización–adoptaron otras costumbres hasta establecer el 1 y 2 de noviembre como la celebración del Día de Muertos.

El significado del Día de Muertos en Oaxaca
Para Don Rubén Vasconcelos el Día de Muertos en Oaxaca significaba algarabía de carácter familiar. Actualmente todos esperan este día, los integrantes de la familia participan, van al mercado a comprar fruta, hacen el pan o de comer, y adquieren todo lo que pueda adornar el altar. Después de convivir en casa, van al panteón a poner cempasúchil, comida, les ofrecen mezcal a sus muertos, escuchan música y comen con los amigos en el cementerio. Así velan la noche del 1 al 2 de noviembre.

Panteón de San Miguel
Uno de los lugares tradicionales en Oaxaca para vivir la festividad del Día de Muertos es el Panteón de San Miguel. Es el más antiguo de la ciudad y residencia de personajes importantes como Gabino Sertuche quien llevó el transporte ferroviario a Oaxaca o Félix Díaz, hermano de Porfirio Díaz. Aquí la gente comienza a poner sus ofrendas desde el 31 de octubre, y el 1 de noviembre la mayoría de las tumbas están repletas de veladoras, flores de cempasúchil, pan de muerto, mole, mezcal, etc. Visitar este panteón antiguo el Día de Muertos es todo un atractivo visual.

Las Comparsas del Día de Muertos en Oaxaca
Durante el Día de Muertos en Oaxaca es común ver por las calles a las Comparsas. Es una tradición que se remonta a la época prehispánica y tiene que ver con la creencia de que las almas del purgatorio vagan por las calles sin rumbo fijo. Entonces la gente sale a la calle y hace recorridos por el centro de Oaxaca y por los barrios, bailando al ritmo de una banda que los acompaña. La mayoría se disfrazan de catrinas, calacas o diablos. Es una forma de celebrar a la muerte con alegría.

Santa Cruz Xoxocotlán
Ubicado a 50 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, cada año llama la atención de turistas nacionales y extranjeros la festividad de Día de Muertos en esta localidad. Y es que por la noche (a partir de las 19 horas) del 1º de noviembre, las familias se reúnen en los panteones del municipio para adornar sus tumbas con flores, veladoras, cirios, comida y bebida. Uno de los atractivos son los tapetes de arena, pintura y harina en los que se plasma la imagen del santo al que era devoto el difunto. Algunos tapetes también están hechos con flores de cempasúchil en forma de cruz. Y durante esta noche se puede escuchar música de banda. Familias enteras velan del uno al dos de noviembre para esperar a sus muertitos y convivir con ellos.

San Agustín Etla
En los valles centrales de Oaxaca en el municipio de San Agustín Etla realizan la Muerteada, la cual se deriva de la Comparsa. El festejo comienza cuando una banda de música recorre las calles del pueblo y la gente sale poco a poco de sus casas para acompañarla. Llegan a un hogar (ya establecido con anticipación) en el cual los integrantes de la familia les ofrecen a la banda comida y mezcal para esperar a los “muerteros”. Estos son personas disfrazadas de diversos personajes de ultratumba –llegan aproximadamente 200 disfrazados– para danzar y convivir en la casa del anfitrión. Posteriormente recorren las calles hasta llegar a la Plaza Principal para hacer una representación cómica de la muerte en la que intervienen personajes como el sacerdote, el caporal, el alcalde, la viuda, el chivero, el espiritista, entre otros. Es un festejo para burlarse con alegría de la muerte.

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