Durante cientos de años, los marineros contaban historias fascinantes de olas monstruosas que aparecían de la nada y hundían enormes barcos. Sin embargo poca gente les creía. Se pensaba que estas olas eran un mito.
Debido a lo difícil que era creer tales historias se descartaban como simples leyendas. Hasta que en 1995 cambió todo lo que se sabía sobre las olas.
La gigantesca ola de 1995
Era el 1 de enero de 1995. El mar del Norte, frente a las costas de Noruega estaba muy agitado, así que les pidieron a los trabajadores de la plataforma de petróleo Draupner que entraran. Entonces, después de las 3:20 p.m. una monstruosa ola de 26 metros chocó contra la plataforma, aunque nadie la vio, quedó registrado en un telémetro.
Reconstrucción de la ola de Draunpner (Documental BBC)
Olas rebeldes
Hoy no nos queda duda, las olas gigantes, llamadas también olas ‘rebeldes’ son reales. Además de su tamaño masivo, las olas rebeldes se caracterizan por ser impredecibles y espontáneas.
Aunque no son las olas más grandes del mundo, son inusualmente grandes para las condiciones del mar en que originan y aparecen por una combinación de factores como poderosas corrientes y vientos fuertes, aunque hay otros factores desconocidos aún.
Más comunes de lo que se pensaba
Cuando los científicos europeos que trabajaban en el proyecto MAXWAVE analizaron 30.000 imágenes satelitales que correspondían en un período de 3 semanas, en 2003, encontraron que 10 olas en todo el mundo habían alcanzado los 25 metros o más.
Estas estadísticas confirmaron que hay más olas rebeldes en los oceános de los que se pensaba. Antes se pensaba que cada 10.000 años ocurría una de estas olas.
Cómo se forman
Una teoría de por qué crecen de repente y demasiado alto, es que roban energía de otras olas. Aunque no hay nada comprobado.
Hay factores que se han planteado como la presión baja seguido de vientos convergentes, si están cerca de las costas, si hay topografías marinas, etcétera.
Es un misterio la razón de porqué se forman las olas rebeles, y por qué son tan frecuentes, para qué sirven y como ayudan al planeta. Aunque no sepamos la respuesta, están ahí formándose en cualquier momento y sirven para algo. Aunque desafortunadamente alguna embarcación o plataforma choque con una de ellas.
Después de todo, los marineros de siglos pasados siempre tuvieron la razón aunque los científicos de su época no les creyeron. ¿Cuál es la lección?